Las dos muchachas
Las dos muchachas, una cabellos negros, rizados
y otra que tiene pelo de oro y ojos de mar,
van a la fuente por las veredas de los sembrados
mientras yo juego con las manzanas bajo el pomar.
Por donde pasan, cantan los grillos, cantan los prados,
canta la alondra, cantan los tordos del espinar;
cantan los robles y los arroyos alborozados
y los jilgueros sobre las tierras que hay que sembrar.
Yo aspiro el aire que está impregnado con sus aromas;
llenan el cielo las golondrinas y las palomas,
bajan al río las dos muchachas con su canción;
van a la fuente, vuelven alegres con sus herradas,
cruzan los prados entre gracejos y risotadas,
sin que una sepa que se ha llevado mi corazón.
ALFONSO CAMÍN.
y otra que tiene pelo de oro y ojos de mar,
van a la fuente por las veredas de los sembrados
mientras yo juego con las manzanas bajo el pomar.
Por donde pasan, cantan los grillos, cantan los prados,
canta la alondra, cantan los tordos del espinar;
cantan los robles y los arroyos alborozados
y los jilgueros sobre las tierras que hay que sembrar.
Yo aspiro el aire que está impregnado con sus aromas;
llenan el cielo las golondrinas y las palomas,
bajan al río las dos muchachas con su canción;
van a la fuente, vuelven alegres con sus herradas,
cruzan los prados entre gracejos y risotadas,
sin que una sepa que se ha llevado mi corazón.
ALFONSO CAMÍN.
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