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La máquina de escribir.

En la penumbra, el sonido de la máquina de escribir me hace recordar que las palabras tienen voz y valor. Que una vez en el papel es dificil borrarlas, porque cuando te decides a escribir, te expresas. Las inquietudes dejan de revolotear y finalmente encuentran un sitio. Negro sobre blanco en blanco y negro.

Las cosas sencillas

Me enseñaste a reír, del mismo modo que la heroína enseña a amar la muerte y que la noche enseña a odiar al Sol.
Entre risa y risa me paré a pensar en las cosas sencillas, las que están ahí sin que a veces les hagamos caso, y descubrí su auténtico valor.
Los atardeceres, la lluvia, el mar, los bosques, tus ojos. Todo eso es gratis y motivo más que suficiente para levantarme por las mañanas.

Los últimos rayos del sol

Los últimos rayos del sol

La semana pasada vi el atardecer desde el puerto.
Un trozo de ti se fue con la luz,
ese trozo de color que hay en tus brazos
cuando nadas en la playa
y el sol de la tarde se refleja en tu piel húmeda.
Esa parte desapareció,
porque desapareció el recuerdo,
porque quise borrarlo a toda costa.
Como si te hubieses ahogado en la mar
aquella tarde,
nadando,
con los últimos rayos de sol,
tanto para ti, como para mi.

FOTOGRAFIA TOMADA POR MI DESDE EL CABO PEÑAS EN ASTURIAS.

Lago en sepia

Lago en sepia

FOTOGRAFÍA TOMADA EN EL EMBALSE DE RIOSECO, ASTURIAS, ESPAÑA.
CAMARA CANON EOS 700, OBJETIVO SIGMA ASPHERICAL 28-200 IF
PELÍCULA FUJI NEOPAN SS 100 ISO

Eran aproximadamente las diez de la mañana de aquel domingo de mediados de noviembre. La niebla estaba a medio camino entre el cielo y la tierra y las aves todavía no habían salido a buscar comida.
La fotografía podría haber sido tomada hace cincuenta o setenta años y sería igual. Tiene ese aspecto envejecido que la hace, al menos en mi opinión, atractiva.
Hay algo tétrico en las fotografías en sepia, cuando las miro me inquieto un poco, es como si esperase que una serpiente enorme saliese del agua. Es el misterio del lago de los cisnes de Tchaikovsky que suena en tus cerebro mientras sobrevuelas estas frías aguas.
Afortunadamente el lugar no tiene nada de terrible en realidad. Todo lo contrario, es un paisaje precioso, pero no negaré que si tuviese una pequeña barca de remos me dedicaría a buscar serpientes gigantes y demás animales extraños, solo por si acaso tengo la oportunidad de sacarles una foto.

Tres caras para cada historia

Tres caras para cada historia

Cuando lo tienes todo tienes mucho que perder, pero si no tienes nada no significa que no puedas caer más bajo; esa es una de las razones por las que siempre habrá dos mundos: el primero y el tercero.
No se donde quedó el segundo mundo. Posiblemente en medio de todo esté la gente que ha dejado de tener en algún momento.
En mayor o menor medida todos nos creamos nuestro propio mundo. Nos rodeamos de la gente que creemos que encaja en él y vamos por ahí lo mejor que sabemos. A veces no acertamos a la primera, decimos o hacemos cosas que no debemos y no sabemos disculparnos a tiempo y esperamos que sean comprensivos con nosotros.
Aunque creas que estás protegido necesitas suerte, porque de vez en cuando te sientes bombardeado y no tienes más remedio que buscar otro sitio y pasar página.
Algunas personas pierden y rondan, con mejor o peor fortuna, por donde les dejan. Esos viajeros forman el segundo mundo. A medio camino entre la mediocridad y la bohemia. Unos no encajan en ningún sitio; caminan y caminan, se dedican a navegar por lagunas frías de la memoria de quien les conoció algún día y prácticamente pierden su identidad pasando a ser cuchicheos de cafetería. Otros, los menos, rechazan formar parte de cualquier mundo recordando que no merece la pena tener durante un tiempo para volver a perder sin darse cuenta de que día a día se van quedando más solos e inútiles. Queman su poco dinero en alcohol, orgías y drogas y cada vez que les quieren rescatar no se dejan ayudar.
El segundo mundo es como una drogadicción, un trance. Para algunos transitorio y para otros permanente. Es difícil saber cuanto tiempo te quedarás en el.
Mucha gente cuando está cerca del límite ve como única solución retroceder: bien pedir perdón o bien suplicar. Pero cuando eso falla, es cuando vienen las desgracias.

La chica del piano.

La chica del piano.

La chica del piano, en cuyos ojos nunca vi tristeza, me pidió que le dedicase unas palabras. ¿Qué escribir para no decepcionarla?
Seguramente mira cada día un ratito, solo unos segundos, por la ventana para ver que tal día hace. En la calle ve lo de siempre, pero intenta buscar ese detalle novedoso que le haga un poco menos repetitivo y más feliz el día.
Los que no somos tan optimistas admiramos esa cualidad y nos preguntamos: ¿Hay alguna razón para el estancamiento?
Y mientras buscamos la respuesta, encerrados en nuestra cabeza, la chica del piano sonríe adueñándose de la noche ajena a todas esas tonterías.

La Vida

La Vida

El pino muere a los mil años, la flor del hibisco no dura un día. Ambos se hunden en la nada. ¿Por qué envanecernos de nuestros meses y de nuestros años?

P´eng Tsu prolongó su muerte; pero murió al fin como nosotros. Más vale aprender a no nacer, no nacer es asimismo no desaparecer.



PAI CHU YI
SIGLO VIII / IX

NIEBLA

Me encanta cuando, a última hora del día, los rayos tardíos del sol se filtran a través de la niebla. Las hojas de los árboles brillan de una forma especial y el aire se hace un poco más denso.
He intentado fotografiarlo miles de veces, pero ni tan siquiera el maestro Robert Capa hubiese podido transmitir la densidad del bosque como yo la percibo.
La imagen perfecta prácticamente no existe, y todo fotógrafo la busca.
La gente que se dedica a la música, la pintura, la literatura... Nunca creen que su obra está terminada, siempre requiere un último retoque, la pincelada imperceptible; una y otra vez revisan el trabajo hasta que se cansan y lo dan por perdido o les dicen que esta bien, que no merece la pena seguir mejorando lo inmejorable. Dicha pincelada la busco en la niebla que es misteriosa y romántica al mismo tiempo.
Dudo que lo valla a conseguir, pero si no buscase la perfección nunca podría avanzar y la niebla me vencería. Y en esto no pienso hacerle caso a nadie que me intente convencer de que he conseguido la imagen perfecta.

PD: EN CUANTO ENCUENTRE UN ESCANER PONDRE UNA DE MIS FOTOGRAFÍAS DE LA NIEBLA EN ESTE ARTÍCULO.

Los años dorados del cine

Los años dorados del cine

Soñé que ocurría y todo era distinto.
El mundo amaneció en blanco y negro,
de botines y trajes blancos
de solapa ancha y pañuelo negro en el bolsillo.

Tu eras Rita Hayworth,
la dama de shangai,
y yo era Orson Welles,
el tercer hombre.

No hacíamos nada.
Simplemente nos sentábamos y mirábamos,
intentando pasar desapercibidos entre tanto mito.
Y en el estudio se nos acercaba Sinatra,
y le decía,
"¡Hey Frank!, ayer te vi un poco flojo en el club,
¡cuídate esa voz!"
y él me miraba,
con la sonrisa torcida y el sombrero ligeramente ladeado,
"¡Hey Orson, no me jodas la resaca!"

Manual de combate

Manual de combate

dijeron que Céline era un nazi
dijeron que Pound era un fascista
dijeron que Hamsun era un nazi y un fascista.
pusieron a Dostoievsky frente a un pelotón
de fusilamiento
y mataron a Lorca
le dieron electroshocks a Hemingway
(y tu sabes que se pegó un tiro)
y echaron a Villon de la ciudad (París)
y Mayakovsky
desilusionado con el régimen
y luego de una pelea de enamorados,
bueno,
también se pegó un tiro.
Chatterton se tomó veneno de ratas
y funcionó
y algunos dicen que Malcom Lowry se murió
ahogado en su propio vómito
borracho.
Crane se tiró a las hélices
del barco o a los tiburones.

El sol de Harry Crosby era negro.
Berryman prefirió el puente.
Plath no encendió el horno.

Séneca se cortó las muñecas en la
bañera (es la mejor manera:
en agua tibia)
Thomas y Behan se emborracharon
hasta morir y
hay muchos más.
¿y tu quieres ser un
escritor?

es esa clase de guerra:
la creación mata,
muchos se vuelven locos,
algunos pierden el rumbo y
no lo pueden hacer
nunca más.
algunos pocos llegan a viejo.
algunos pocos hacen dinero.
algunos se mueren de hambre (como Vallejo).
es esa clase de guerra:
bajas por todas partes.

está bien, adelante
hazlo
pero cuando te ataquen
por el lado que no ves
no me vengas con
remordimientos.

ahora me voy a fumar un cigarrillo
en la bañera
y luego me voy a ir a
dormir

CHARLES BUKOWSKI.
CIERTAMENTE EL MUNDO DE LA LITERATURA ES PELIGROSO. LA VIDA BOHEMIA LLEVA A LA LOCURA EN MUCHOS CASOS, PERO COMO REZA EL LEMA QUE HE ESCOGIDO PARA ESTA WEB, PROPIEDAD DEL MEJOR ESCRITOR DE AVENTURA Y CIENCIA FICCION DE TODOS LOS TIEMPOS, JULIO VERNE, NO HAY NADA MÁS PODEROSO QUE LA ATRACCIÓN DEL ABISMO.

FANTASMAS BAJO LA CAMA

FANTASMAS BAJO LA CAMA

Me quedo agazapado detrás de la puerta. Escondido aunque se que no hay nadie al otro lado.
Cuando el miedo amaina, no sin dejar los nervios atrás, levanto la cabeza y miro en todas las direcciones. Tras cerciorarme de que todos los fantasmas han vuelto a irse bajo la cama, puedo salir y regresar a la silla de mimbre donde, con quietud, observo todo el día como las diminutas hojas de un magnífico bonsái colocado en el alféizar de la ventana caen sin tener aparentemente peso alguno.
Nunca he conseguido superar mis temores. Duermo en la silla porque se que los fantasmas esperan a que me acueste en la cama para hacerla girar y marear mis sueños. Se cuando van a salir, cada día viajan a las casas cercanas para poder alimentarse, pero los conozco muy bien y se que detrás de la puerta no me pasará nada.

BAILANDO

BAILANDO

Está bailando delante de mí,
desnuda,
y no soy capaz de mirarle a la cara.
Eres un tipo con suerte me dirán,
en realidad si
y solo un idiota no se sentiría afortunado
y aunque no echen nada interesante en otros canales,
lo siento,
pero hoy me siento un poco estúpido.

El trapecista y su Leona

El trapecista y su Leona

Detrás de la carpa del circo hay un trapecista borracho. Es el siguiente en salir a escena. Necesita seguridad, la seguridad que le da olvidarse de sus problemas, distraerse con la botella.
Aunque sus reflejos estén al cincuenta por ciento, siguen siendo mucho mayores que los tuyos o los míos y el hecho de no tener arnés de seguridad ni red es un aliciente más.
Todo ocurrió hace tiempo, la culpa la tubo la Leona.
Leona era una chica estupenda, de piel canela y ojos negros. Una mulata hermosa y simpática que sufría cada vez que su trapecista estaba allá en las alturas.
Él no podía bajarse de la cuerda, era tradición en su familia y no sabía hacer otra cosa.
Quiso aprender a hacer malabarismos, pero en las alturas era el mejor y las pelotas no hacían justicia a su talento. Así se ganaba la vida y dejar de balancearse peligrosamente significaría dejar de deambular y perder de vista a Leona.
Ella quiso mostrarle al trapecista lo que sentía viéndole jugarse la vida y dejó su maquillaje y sus aros en el suelo durante el ensayo para volar hacia el cielo y más allá.

EL trapecio no es disciplina para nóveles y ella se desplomó desde veinticinco metros de interminable altura.

Por eso el trapecista necesita beber. Aunque se pase la vida escondido tras la carpa. No podría subirse a la cuerda de nuevo si no se olvidase de ella al menos por unos minutos, el problema es que tras esos minutos, el vértigo lo siente en el suelo.

Conocí a un genio

Conocí a un genio

conocí a un genio en el tren
hoy
como de 6 años de edad
se sentó a mi lado
y mientras el tren
avanzaba a lo largo de la costa
llegamos hasta el océano
entonces él me miró
y dijo,
no es hermoso.

fue la primera vez que me
percaté
de ello.


BUKOWSKI, EL MAYOR DE LOS POETAS EN VIDA Y EN MUERTE.

El río desaparecido

El río desaparecido

Aquí os muestro una fotografía realizada por mí. Se trata del Río del Valle, un afluente del río Porcía en el occidente de Asturias. La hice hace más o menos seis años por estas fechas en una pequeña aldea que se llama La Veguina. La fotografía está sacada desde debajo de un pequeño puente a unos quince metros aproximadamente de la desembocadura del río. Bajo dicho puente la orilla derecha estaba formada por un manto de sedimento en el cual desde niño disfrutaba cobijándome para escuchar el ronroneo del agua pura que tan solo se encuentra en estos pequeños riachuelos. Hace un par de semanas fui al mismo sitio para intentar sacar una fotografía de mejor calidad del lugar, ya que esta ha sido realizada con una cámara de fotos mala y el resultado fue un poco desastroso, pero cual fue mi sorpresa cuando vi que una riada durante el invierno había hecho que un tronco de árbol arrancado de algún punto cercano de la orilla impedía el paso y el manto de sedimentos ya no era tal, sino más bien un montón de piedras diseminadas por el fondo del río. Esta foto es la única imagen que me queda de las vistas que ese lugar ofrecía. Es un recuerdo de adolescencia y de niñez y me hace recordar el verdadero sentido de la fotografía. Si una tarde de verano no me hubiese aburrido y me hubiese dedicado a sacar fotos de la naturaleza sin sentido, ahora no podría ver de nuevo la imagen que tanto me gustaba ver de niño.

Para ver la foto ampliaga click aquí.

APOCALIPSIS MAÑANA

APOCALIPSIS MAÑANA

Remontando el río, buscando marfil en algún lugar de Africa a primeros del siglo veinte, uno puede encontrarse con lo peor de la sociedad colonialista de la época. Esclavistas, humanos tratados como perros y hombres de negocios vestidos de seda entre inhumanidad, despreocupados por los cuerpos de los nativos apilados entre los árboles tan solo unos metros alejados de sus cabañas.
En un escenario así, un hombre admirado por todos, llegó a ser un mesías que dormía en una cabaña junto a dicho río. Sentado cerca de su diosa de ébano, la cual le deleitaba con paganas danzas ceremoniales, observaba a través de la ventana las cabezas de los traidores que, clavadas en una estaca, miraban directamente a Kurtz.

En 1979, Francis Ford Coppola trasladó esta trama, contada por un viejo capitán de barco, Marlow, a sus compañeros en esas largas esperas que los marinos tienen que soportar como pueden, a un Vietnam en guerra, y con ella rodó una de las películas mas emblemáticas de la época.
Hace apenas un par de días leí la novela escrita por Joseph Conrad y fue al terminarla (la misma tarde que la empecé), cuando descubrí el auténtico magnetismo de Kurtz.
¿Por qué le admiro si es un ser despreciable? Quizás lo que admire sean sus capacidades y no sus actos. Por supuesto que desprecio los asesinatos, las matanzas de animales y todo lo que rodea a dicho personaje; pero es increíble la forma en la que una actitud imponente puede entrar en la mente humana. Un hombre valiente, seguro de si mismo, de mirada penetrante y discurso magistral puede hacer lo que quiera, incluso hacerse pasar por un díos.
En la novela al igual que en la película (salvando distancias), incluso los enemigos de Kurtz le tienen respeto y miedo.
Su leyenda se va forjando paso a paso, a lo largo del camino a través del río. Su personalidad, cubierta por un velo translúcido, va introduciéndose poco a poco en la memoria para quedarse y tras su muerte, todo el mundo llora la gran pérdida.
A medida que vas conociéndole te convences de que necesita un castigo, pero sin embargo, no serías capaz de ser cruel con él aún sabiendo que él ha sido cruel en muchas ocasiones.
Está presente en toda la novela aunque sus propias palabras no ocupen mas de cinco lineas y sus acciones menos de cuatro páginas y posiblemente esta sea la principal causa de su atracción, conocer la leyenda antes que el personaje. Desde el principio de este "Viaje al corazón de las tinieblas" Joseph va preparando tu mente, intrigándote, presentándote al personaje como si no fuera un ser humano corriente. El capitán Marlow, a medida que se acerca a Kurtz pierde la cordura y cuando le conoce, se olvida de todo, incluso arriesgaría su propia vida si fuese necesario por ayudarle; aunque el relato que contará años después tenga un tono crítico.
No podemos ser cínicos y permanecer indiferentes ante esta historia, puesto que personajes así existen y son capaces de protagonizar auténticos dramas, episodios negros en la historia.
¿Podría ser Napoleón con su egocentrismo y sus ansias de conquistar el mundo una especie de Kurt? ¿y Hitler, Franco o Mussolini con esos discursos dirigiéndose a las masas? ¿y George Bush?
Pero sin duda el mayor paralelismo que se puede establecer entre Kurtz y otra persona es el referido a Charles Manson. Viendo una fotografía suya puedes ver esos ojos mirándote directamente al alma. Quienes han hablado con él destacan su persuasión y su inteligencia y de su boca salieron multitud de asesinatos y actos degradantes.
Lo que Kurtz fundó en medio de la selva africana era una secta de fieles seguidores que había trascendido más allá de África, era admirado por personas muy influyentes y amado por personas bondadosas como era su prometida. Eso es lo que más miedo me da, saber que una persona así es capaz de provocar amor y devoción entre las personas buenas y no necesariamente ignorantes.

Las dos muchachas

Las dos muchachas

Las dos muchachas, una cabellos negros, rizados
y otra que tiene pelo de oro y ojos de mar,
van a la fuente por las veredas de los sembrados
mientras yo juego con las manzanas bajo el pomar.

Por donde pasan, cantan los grillos, cantan los prados,
canta la alondra, cantan los tordos del espinar;
cantan los robles y los arroyos alborozados
y los jilgueros sobre las tierras que hay que sembrar.

Yo aspiro el aire que está impregnado con sus aromas;
llenan el cielo las golondrinas y las palomas,
bajan al río las dos muchachas con su canción;

van a la fuente, vuelven alegres con sus herradas,
cruzan los prados entre gracejos y risotadas,
sin que una sepa que se ha llevado mi corazón.

ALFONSO CAMÍN.

Pequeñas grandes cosas.

Pequeñas grandes cosas.

Los poetas están ahí para demostrarnos que es posible describir las cosas mas simples y habituales con palabras hermosas.
Fue un domingo por la noche cuando me tropecé por accidente, rebuscando entre cajas viejas, con aquel libro de poemas. Ahora veo las cucharas como espejos que deforman la realidad, las mesas como el suelo sobre el que reposan las manos y el perfume como el velo denso que resbala sobre la piel del cuello de las bellas damas.
La poesía es, en definitiva, esa pequeña cosa que nos hace creer que los objetos son más bonitos de lo que parecen.

El retrato de la locura

El retrato de la locura

En el Museo Nacional del Louvre, en París, hay un cuadro que destaca sobre el resto, más impresionante que la Gioconda y que cualquier otra obra que pueda contemplarse en el mundo. Ese cuadro narra una historia terrible y cruda, llena de salvajismo. No solo muestra una escena de supervivencia, sino que la forma en que fue pintado bien podría aparecer en uno de los más escabrosos relatos de Poe.
Quizá solo los locos pueden retratar fielmente la locura y haga falta una mente enfermiza para crear cosas tan terribles. Sin duda Théodore Géricault fue un hombre de estómago fuerte y sangre fría, aunque no conozco testimonio alguno de su estado mental. Necesitó una preparación de más de tres años para tomar bocetos y hacer estudios. Se sirvió de cadáveres de hombres recién ejecutados y sacados de cementerios, recorrió hospitales para dibujar restos humanos y visitó centros psiquiátricos para poder retratar la locura y hacer que los personajes de dicho cuadro tuviesen rostros despiadados.

El dos de julio de 1816, el navío francés Medusa naufragó cerca de las costas de Senegal debido a la negligencia de su capitán. El número de barcas salvavidas era insuficiente y con los restos del barco consiguieron construir una balsa que transportaría a la deriva a 149 personas durante 27 días. No sabían a donde les dirigía la marea, no vieron tierra durante todo ese tiempo y poco a poco, la hambruna, las enfermedades y las disputas por el espacio se hicieron protagonistas absolutos de la tragedia.
Cuando el Argus encontró la balsa a la deriva, sus tripulantes rescataron a hombres que habían recurrido al canibalismo, que se habían matado entre ellos por disputas insignificantes y que sin duda alguna no presentaban una salud mental estable. Fueron llevados de vuelta a Francia donde la noticia del naufragio así como la odisea personal de los 19 supervivientes fue completamente censurada para evitar conmocionar a la opinión pública.

Gericault se entrevistó personalmente con todos ellos, incluso alguno posó para él y en su mente recreó la terrible historia de aquellos marinos. Se dice que apiló en su estudio cuerpos de hombres ahogados para lograr una composición lo más realista posible y tras realizar tres versiones a pequeña escala, empleó más de un año en pintar el óleo más grande que se conserva en un museo con sus más de siete metros de ancho y sus casi cinco de alto.
No le permitieron mostrar el cuadro en francia y tras dos años decidió llevarlo a Londres donde causó estragos en la sociedad británica.

En el cuadro aparecen algunos hombres derrotados y muertos, otros incrédulos y sin esperanza. Algunos rezan a díos y otros, sin embargo, luchan. Agitan sus camisas al viento con la esperanza de que algún barco les vea. Seguramente, sin esos pocos luchadores todos ellos hubiesen muerto. Incluso a veces, del horror es posible sacar algo positivo: la capacidad de lucha y de superación de la que algunos son capaces para poder volver a casa con sus familias.

Como dato curioso, Uno de los personajes que aparecen en el cuadro, el cadáver que es abrazado por un hombre que está de espaldas, es Delacroix, uno de los mejores amigos de Gericault.

La niña del té

La niña del té

Cultivaba té en una pequeña isla del Indico. Sus manos, melladas, apenas recogían unos dólares semanales que guardaba bajo una tabla suelta. Un día, por casualidad, vio una fotografía estropeada de una gran montaña nevada y soñó desde entonces con viajes imposibles. Nació donde la nieve nunca se dejaba ver y morirá entre hojas de té, pero una simple imagen, le dio la ilusión necesaria para subirse diariamente a lo más alto de los árboles y recolectar pequeñas hojuelas, y es que las personas necesitan fantasía, pero la realidad les estropea la vida; el té es el testimonio de ello.