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Poesía

La Vida

La Vida El pino muere a los mil años, la flor del hibisco no dura un día. Ambos se hunden en la nada. ¿Por qué envanecernos de nuestros meses y de nuestros años?

P´eng Tsu prolongó su muerte; pero murió al fin como nosotros. Más vale aprender a no nacer, no nacer es asimismo no desaparecer.



PAI CHU YI
SIGLO VIII / IX

Los años dorados del cine

Los años dorados del cine Soñé que ocurría y todo era distinto.
El mundo amaneció en blanco y negro,
de botines y trajes blancos
de solapa ancha y pañuelo negro en el bolsillo.

Tu eras Rita Hayworth,
la dama de shangai,
y yo era Orson Welles,
el tercer hombre.

No hacíamos nada.
Simplemente nos sentábamos y mirábamos,
intentando pasar desapercibidos entre tanto mito.
Y en el estudio se nos acercaba Sinatra,
y le decía,
"¡Hey Frank!, ayer te vi un poco flojo en el club,
¡cuídate esa voz!"
y él me miraba,
con la sonrisa torcida y el sombrero ligeramente ladeado,
"¡Hey Orson, no me jodas la resaca!"

Manual de combate

Manual de combate dijeron que Céline era un nazi
dijeron que Pound era un fascista
dijeron que Hamsun era un nazi y un fascista.
pusieron a Dostoievsky frente a un pelotón
de fusilamiento
y mataron a Lorca
le dieron electroshocks a Hemingway
(y tu sabes que se pegó un tiro)
y echaron a Villon de la ciudad (París)
y Mayakovsky
desilusionado con el régimen
y luego de una pelea de enamorados,
bueno,
también se pegó un tiro.
Chatterton se tomó veneno de ratas
y funcionó
y algunos dicen que Malcom Lowry se murió
ahogado en su propio vómito
borracho.
Crane se tiró a las hélices
del barco o a los tiburones.

El sol de Harry Crosby era negro.
Berryman prefirió el puente.
Plath no encendió el horno.

Séneca se cortó las muñecas en la
bañera (es la mejor manera:
en agua tibia)
Thomas y Behan se emborracharon
hasta morir y
hay muchos más.
¿y tu quieres ser un
escritor?

es esa clase de guerra:
la creación mata,
muchos se vuelven locos,
algunos pierden el rumbo y
no lo pueden hacer
nunca más.
algunos pocos llegan a viejo.
algunos pocos hacen dinero.
algunos se mueren de hambre (como Vallejo).
es esa clase de guerra:
bajas por todas partes.

está bien, adelante
hazlo
pero cuando te ataquen
por el lado que no ves
no me vengas con
remordimientos.

ahora me voy a fumar un cigarrillo
en la bañera
y luego me voy a ir a
dormir

CHARLES BUKOWSKI.
CIERTAMENTE EL MUNDO DE LA LITERATURA ES PELIGROSO. LA VIDA BOHEMIA LLEVA A LA LOCURA EN MUCHOS CASOS, PERO COMO REZA EL LEMA QUE HE ESCOGIDO PARA ESTA WEB, PROPIEDAD DEL MEJOR ESCRITOR DE AVENTURA Y CIENCIA FICCION DE TODOS LOS TIEMPOS, JULIO VERNE, NO HAY NADA MÁS PODEROSO QUE LA ATRACCIÓN DEL ABISMO.

BAILANDO

BAILANDO Está bailando delante de mí,
desnuda,
y no soy capaz de mirarle a la cara.
Eres un tipo con suerte me dirán,
en realidad si
y solo un idiota no se sentiría afortunado
y aunque no echen nada interesante en otros canales,
lo siento,
pero hoy me siento un poco estúpido.

Conocí a un genio

Conocí a un genio conocí a un genio en el tren
hoy
como de 6 años de edad
se sentó a mi lado
y mientras el tren
avanzaba a lo largo de la costa
llegamos hasta el océano
entonces él me miró
y dijo,
no es hermoso.

fue la primera vez que me
percaté
de ello.


BUKOWSKI, EL MAYOR DE LOS POETAS EN VIDA Y EN MUERTE.

Las dos muchachas

Las dos muchachas Las dos muchachas, una cabellos negros, rizados
y otra que tiene pelo de oro y ojos de mar,
van a la fuente por las veredas de los sembrados
mientras yo juego con las manzanas bajo el pomar.

Por donde pasan, cantan los grillos, cantan los prados,
canta la alondra, cantan los tordos del espinar;
cantan los robles y los arroyos alborozados
y los jilgueros sobre las tierras que hay que sembrar.

Yo aspiro el aire que está impregnado con sus aromas;
llenan el cielo las golondrinas y las palomas,
bajan al río las dos muchachas con su canción;

van a la fuente, vuelven alegres con sus herradas,
cruzan los prados entre gracejos y risotadas,
sin que una sepa que se ha llevado mi corazón.

ALFONSO CAMÍN.

Pequeñas grandes cosas.

Pequeñas grandes cosas. Los poetas están ahí para demostrarnos que es posible describir las cosas mas simples y habituales con palabras hermosas.
Fue un domingo por la noche cuando me tropecé por accidente, rebuscando entre cajas viejas, con aquel libro de poemas. Ahora veo las cucharas como espejos que deforman la realidad, las mesas como el suelo sobre el que reposan las manos y el perfume como el velo denso que resbala sobre la piel del cuello de las bellas damas.
La poesía es, en definitiva, esa pequeña cosa que nos hace creer que los objetos son más bonitos de lo que parecen.

La niña del té

La niña del té Cultivaba té en una pequeña isla del Indico. Sus manos, melladas, apenas recogían unos dólares semanales que guardaba bajo una tabla suelta. Un día, por casualidad, vio una fotografía estropeada de una gran montaña nevada y soñó desde entonces con viajes imposibles. Nació donde la nieve nunca se dejaba ver y morirá entre hojas de té, pero una simple imagen, le dio la ilusión necesaria para subirse diariamente a lo más alto de los árboles y recolectar pequeñas hojuelas, y es que las personas necesitan fantasía, pero la realidad les estropea la vida; el té es el testimonio de ello.